DESCRIPCIÓN
Hace ya muchos años, encontré en la fotografía una especie de, cómo diría, salvavidas en la tormenta. Tanto así, que ha sido mi escape de gas en momentos de implosión desde entonces. Pero como he mencionado, todo formaba parte de una estructura con altos, muy altos, pero también con bajos –bajos de vértigo–. La dependencia emocional a esta disciplina –tan increíble sin duda alguna– ha derivado, en consecuencia, en momentos muy difíciles, sobre todo hacia una misma. El constante querer estar a una altura imaginaria, que ascendía y ascendía, a la par que creía haber subido un escalón para alcanzarlo; los momentos de tristeza, tras el subidón de creerme en la cima, para después divisar siempre un pico más alto. Es verdaderamente tortuoso. Y es aquí, en este momento, donde me paro. Girándome hacia el resultado de esos días, tan bonitos y tan desagradables, me vuelvo a preguntar: ¿será suficiente? –de nuevo, juez y acusado de mi propia sentencia– ¿serán suficientes las instantáneas de una mera turista por los paisajes de Al-Magrib? Hoy me paro. He decidido darme una oportunidad. He apostado por que este proyecto, que esta inseguridad, sea parte de mi, sin rechazos, dejando atrás ese látigo que empuña mi propia mano.
ALUMNO
Carmen Corral Blanco
CURSOS
Curso Profesional de Fotografía