Año nuevo, fotógrafos nuevos. Queremos inaugurar el 2014 con fotógrafos que vienen pisando fuerte, con esos nombres que paso a paso construyen las instantáneas de nuestro imaginario colectivo y de los que apenas sabemos cuatro pinceladas de su biografía. Y con este propósito, y cotilleando un poco por la red, descubrimos a un nórdico muy nórdico –y es que todas sus fotografías congelan el alma-, Henrik Knudsen.
Aunque su nombre sonará a chino para la mayoría de los mortales, Knudsen trabaja para empresas como Nokia, Volkswagen, Canon, BT, History Channel o la cadena de supermercados Sainsbury’s. Mientras no está con algún proyecto de publicidad, este fotógrafo danés se entretiene viajando por todo el mundo para llevar a cabo proyectos personales, que son los que realmente definen el carácter de su obra.
A caballo entre Londres y Nueva York, la fotografía de Knudsen es azul y fría y está fuertemente influenciada por el cine. Se decanta por la fotografía de calle o pseudo-documental y no hay una foto que no lleve asociada una historia. Su mensaje parece claro: siempre hay algo más para el que mira con calma. Esa calma que tanto anhelamos los que nos hemos dejado arrastrar por la prisa que marcan los nuevos ritmos sociales. Su fotografía, como una estación desangelada, es la recompensa para el que es capaz de bajarse del tren de vez en cuando y descansar durante unas horas.
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