Apreciar la singularidad en la masa, destacar la belleza de lo terrible, ver más allá de las formas… Alex Prager no se queda en la joven promesa que sacó a la luz el MoMA en 2010 al incluirla en su muestra de nuevos talentos: la fotógrafa es algo más que una moda pasajera, estrena proyecto y viene para quedarse.
Nació en Los Ángeles en 1979 y alude a una gran lista de influencias cuando le preguntan por ellas: la edad dorada de Hollywood, las imágenes de William Eggleston, Philip-Lorca diCorcia, Gregory Crewdson, los retratos femeninos de Cindy Sherman, la fotografía de moda de Guy Bourdin y Helmut Newton y las viejas portadas de Vogue. ¿Fotografía de moda o moda dentro de la fotografía? Con Prager habría que decantarse por la segunda opción.
Una estética muy cuidada, modelos (casi siempre mujeres) muy bien vestidas y emociones cinematográficas. Sus fotografías parecen sacadas de un film de los años 50 y, sin embargo, narran historias demasiado actuales. Aunar belleza y horror en proyectos como Compulsion, una serie sobre desastres naturales en la que sus protagonistas van a la moda, o narrar grandes historias de pequeños ciudadanos entre una multitud destructiva en la serie Face in the Crowd, su último trabajo que estará expuesto en Los Ángeles, Washington y Nueva York durante este mes de febrero y marzo, son algunos de los objetivos de la artista.
Prager constituye una de las propuestas más interesantes del panorama actual, y es bueno que crítica y expositores coincidan en ello.
** www.alexprager.com
*** Entrevista de la artista en el suplemento SModa de El País