José Deconde es uno de esos profesionales que se ha hecho a sí mismo. Podría ser una expresión manida y vacua, pero en su caso adquiere todo el significado. Sí, se ha hecho a sí mismo. Será porque es coach, será porque es -o al menos lo parece tras una conversación telefónica y varios emails intercambiados- un buen tipo, será porque es antes un hombre que un artista.
Deconde es el primer coach fotográfico de España, y la nueva incorporación de TOO MANY FLASH. Impartirá los workshops de Fotografía de Reportaje y de Iniciación, ¡y le pediremos que se quede para siempre! Mientras tanto, le hemos hecho esta pequeña entrevista…
Teniendo en cuenta que ayudas a otros a conocerse mejor, la primera pregunta parece obligada: ¿Quién es José Deconde?
Pues para ser la primera, me parece la más difícil de contestar.
Soy una persona cada vez más abierta al cambio; he descubierto mi capacidad para reinventarme y adaptarme a nuevos escenarios, para empezar de cero, saliendo continuamente de la zona de confort. Me considero muy inquieto e inconformista, emprendedor, lo que me permite embarcarme en muchas nuevas experiencias vitales, aunque con algún quebradero de cabeza de vez en cuando.
Soy extrovertido, empático, optimista, amable y sensible. También soy egoísta, cabezota e impaciente. Dicen que transmito tranquilidad, aunque por dentro se esconde una fiera que he de controlar.
Soy muchas cosas, buenas y malas, y todas ellas surgen dependiendo de dónde me encuentre y con quién. Pero siempre, una persona vital con deseos de ser mejor ser humano.
¡Creo que poca gente es capaz de describirse así! Explícanos qué es eso del Coaching Fotográfico…
El Coaching Fotográfico es un proceso de acompañamiento y entrenamiento orientado al cambio, potenciando la capacidad natural del artista para despertar sus habilidades y talentos, tanto personales como expresivos, como medio de mejora del proceso creativo de un proyecto fotográfico.
El Coaching, tal como lo planteo, incide en diferentes planos, tanto personal y artístico como profesional. Desde la generación de la idea inicial del proyecto, hasta la venta de la obra o de la marca personal, según el caso. El Coaching Fotográfico dota al fotógrafo de herramientas que le ayuden a conseguir lo mejor de sí mismo en un proceso de autodescubrimiento y empoderamiento.
Ha sido muy aclamado tu trabajo “Barrio”. ¿Cuál crees que es la clave de su éxito?
Creo que una de mis fortalezas como fotógrafo es la capacidad para conectar con las personas y ganarme su confianza a través de un proceso de empatía con ellas. “Barrio” me ha ofrecido la posibilidad de poner en juego esas fortalezas. Por ello, los retratos que hago de esas personas desarraigadas transmiten mucha humanidad. Me han llegado a decir que las fotos han desnudado su alma.
Creo que esa humanidad y profundidad se deja ver en las fotos, retratos un tanto crudos pero sinceros de personas que luchan por un hueco en la sociedad. Y al final, de algún modo, son fotos que consiguen removernos algo por dentro.
“La Playa” es otro de tus proyectos. Nos parecen muy divertidas las fotografías porque presentan escenas absolutamente cotidianas. ¿Lo humano es más divertido?
¡Sí! ¡Los humanos somos muy divertidos! No está mal reírnos de nosotros mismos, ¿verdad? “La Playa” representa ese mundo común donde nos “abandonamos” a nosotros mismos. Da igual qué estatus social tengamos, en bañador somos todos un poco más iguales. Y me hace gracia el modo en el que buscamos, a veces desesperadamente, ese descanso, ese “desconectar” de la vida “real” hasta casi parecer que morimos. “La Playa” se ríe de eso, y de mí mismo, como bañista habitual.
Por otro lado, me gusta mucho la idea que insinúas de captar algo especial en lo cotidiano. Es en los momentos del día a día donde me gusta encontrar lo inusual, lo diferente o divertido. Ese algo que a veces no nos paramos a observar y que como fotógrafos tenemos la oportunidad de transmitir. Emmet Gowin dijo: “La fotografía es una herramienta para tratar con cosas que todos conocen pero que nadie presta atención”.
Recurres de forma habitual a la presentación de tus fotografías en vídeo. ¿Eres uno de esos “artista total”?
Bueno, no me considero un artista total. Simplemente creo que el audiovisual es una forma atractiva de enseñar tu trabajo a más gente. De hacerlo más accesible y, por qué no decirlo, más barato de distribuir. Un audiovisual puede ser proyectado rápidamente en cualquier parte del mundo. Esto me ha ayudado mucho a darme a conocer dentro y fuera de nuestro país.
Por otro lado, el lenguaje audiovisual te da otras posibilidades y un fotógrafo debe saber manejarlas. Cada trabajo fotográfico necesita de modos diferentes de mostrarse. No es lo mismo una exposición, que un audiovisual, que una puesta en pared o un libro o fanzine. Cada medio tiene su forma de narrar tu historia. Particularmente, me identifico mucho con el libro, por sus posibilidades narrativas. Por ello, en su momento, también decidí hacer una modesta maqueta de “Barrio”.
Recomiendo a los fotógrafos que analicen el mejor modo en que pueden mostrar su trabajo, y no se obsesionen con que el fin último es exponer en un museo. Hay otras vías a veces más adecuadas.
¿Te consideras un fotógrafo documental o un fotógrafo de concepto?
Me gusta que en mis fotos haya conceptos, y que haya emociones, sobre todo emociones. Creo que si una foto no te transmite algo de eso, no sirve. Me viene ahora una cita de Tarkovski que no sé si viene al caso “La riqueza del arte resulta de la relación entre las valoraciones racionales y emocionales de la vida”. Para mí eso es, en términos generales, documentar.
La buena foto para mí es la que te abre preguntas, no la que te da respuestas. Es aquella que miras y miras… y tardas en “digerir”. Insinúa sin contártelo todo. Decía Diane Arbus que “La fotografía es un secreto de un secreto, cuanto más te dice menos sabes”.
Sobre todo me considero una persona a la que le gusta hablar de las personas, de una manera directa. Y contar historias. La fotografía documental es el espacio que me permite desarrollar un tema del que hablar, este tema puede ser personal o social, íntimo o público. Pero, al fin y al cabo, me interesan las narraciones que quedan como testimonio de los diferentes momentos de la vida del fotógrafo, de mí en este caso.
¿El alma del fotógrafo debe aparecer en las fotos?
Sí. Para mí la fotografía es la expresión del mundo interior del fotógrafo. Un pedazo de nosotros debe estar en cada imagen, de lo contrario no estás siendo coherente y eso se notará en tu trabajo. Por ello, cuando haces una foto conviene saber qué tiene de ti esa foto, preguntarle a ella misma “¿Qué tienes que ver conmigo?”. Y, curiosamente, la foto suele responder.
Ese proceso me ha llevado a poder no sólo transmitir sentimientos o conceptos a los demás, sino conocerme más a mí mismo a través de la fotografía. Me gusta hablar en mis cursos de tres partes fundamentales del fotógrafo, interrelacionadas continuamente entre sí, y que requieren ser desarrolladas:
– Cabeza. El conocimiento técnico, el background, la cultura visual y general de la persona, etc. También incluyo aquí ciertas creencias o valores sobre la vida. Nuestros “mapas mentales”.
– Corazón. Donde incluyo las capacidades y actitudes del fotógrafo. La parte más emocional del fotógrafo. El autoconocimiento. Las habilidades de comunicación y relación con los demás. La intuición.
– Acción. La puesta en marcha de lo anterior. Los comportamientos, su planificación y los medios necesarios para llegar al éxito.
Volviendo a la pregunta, creo que sí, el alma debe aparecer en la fotografía. Porque esta es la suma entre lo que percibimos (la representación) y nuestra experiencia emocional y vital (cosmovisión).
Parece que es fundamental conocerse bien a uno mismo para poder trabajar en lo que quiere y como quiere… ¿Crees que todavía hay aspectos de ti que desconoces o estás ya en el culmen del autoconocimiento?
Por supuesto. ¡Estoy empezando a conocerme! Como he adelantado antes, considero la fotografía, el arte en general, como una especie de terapia personal que me ayuda a conocerme.
Por otro lado, practico diferentes actividades que me ayudan a mi proceso de autoconocimiento, como la meditación budista tibetana/zen, el autocoaching o la práctica deportiva. Todo esto como parte de un proceso de atención plena y de vivir en la medida de lo posible el “aquí y ahora”
Decía A. Chejov: “Si quieres trabajar en tu arte, trabaja en tu vida”. Yo en eso estoy, y es un camino que no acaba nunca. Y en el cual hay que atreverse a mirar dentro de uno no sólo las luces, sino también las sombras. No es fácil.
¿Quiénes son tus referentes?
En fotografía al principio me dejaba llevar de una manera casi mimética por fotógrafos de calle americanos como Robert Frank, William Klein o Garry Winogrand. Posteriormente me enamoré de la fotografía de Eugene Richards o Bruce Davidson, con una visión más humanista. Por el camino he conocido autores contemporáneos que me apasionan, desde españoles como Cristóbal Hara o Ricardo Cases a extranjeros como Martin Parr o Josef Kouldelka.
El cine también me ha influido mucho. El cine expresionista alemán de la segunda década del siglo XX y su fuerza expresiva; el cine de Federico Fellini y su visión sobre el vacío interior de sus personajes o su expresión de una profunda crisis de valores; Berlanga y su hábil narración de una realidad social española no tan lejana o Carlos Saura y su cruda exposición de ciertas miserias de nuestra sociedad.
5 Flashes y acabo…
Una película… ¡Hay tantas…! Cualquier largometraje de Charles Chaplin.
Un olor… El de la piel de mi hija.
El primer recuerdo… Jugando con mi padre a tirarle de la nariz.
Un error… Cualquiera que me haga avanzar. No existen fracasos, sino oportunidades de aprendizaje. O como leí una vez: “Cuantas más piedras encuentre en el camino, más grande será mi castillo”.
Un vicio confesable… Trabajar en lo que me apasiona.
www.josedeconde.com
