David Shootil. Fotografía de piel

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Le gusta su Harley, el buceo y, como él mismo dice, “los deportes de contacto”. Aficiones de piel, de sudar, de demostrar que está uno vivo… Será porque David Shootil es de los que prefieren coger el tren a esperarlo en la estación. Por eso, lo dejó todo por la Fotografía… Y hasta hoy, que nos presenta dos grandes proyectos: una agencia de fotografía de bebés y otra de eventos y bodas.
Su paso por TOO MANY FLASH es de los que dejan huella. Empezó haciendo un workshop y una master class de Fotografía de desnudo, que culminó con el Curso de Especialización en Fotografía de Moda*, y se quedó para siempre (al menos en nuestros corazones). Porque él, como sus fotografías, apuesta por el contacto con las personas, por entender cada trabajo o afición como un proyecto vital que requiere implicación y ternura…

Tienes dos proyectos bien diferenciados por color: uno en blanco y negro y el otro en color. ¿Cómo ve David Shootil?
Decía un  viejo profesor que uno cuando va a hacer una fotografía la “sabe” en blanco y negro o en color… Todos vemos en color, pero es cierto que, a veces, solo puedes pensar en ese momento en blanco y negro. Es fascinante la fuerza con la que algo dentro de ti te empuja a tomar la decisión de captarlo de uno u otro modo.

“Mi mundo en B/N” parece reflejar una realidad más cruda… ¿El blanco y negro es más “sucio”?
Creo que es más crudo, más directo, más real, más expresivo… Cuando se trata de documental o retrato tengo una marcada tendencia al B/N. Supongo que así es como veo más claras las emociones, las personas, las interacciones… alejadas del artificio que nos ayudan a crear los colores.
Sabemos que los colores pueden condicionar nuestro estado de ánimo, que envían mensajes subliminales a aquellos con los que nos relacionamos, y todo eso se instrumentaliza, aunque sea inconscientemente. Quizá por ello veo más realidad y sinceridad en la desnudez intencional del blanco y negro.

No conocíamos el movimiento Movember. ¿Cómo conoces a Eusebio y qué te lleva a contar su historia?
Eusebio, además de ser mi padre, es un hombre solidario y luchador por naturaleza. Era cuestión de tiempo y oportunidad que se interesara por Movember y que decidieramos participar juntos en esa campaña.
Después de toda la vida observando cómo se ha comprometido con diferentes causas -lo que siempre ha sido tremendamente inspirador para mi- me pareció una buena oportunidad retratarle en este momento más íntimo con motivo de esta campaña que se centra en estas enfermedades exclusivas de los hombres. Se supone que nosotros somos fuertes y no hablamos de esas cosas… Por eso decidí mostrarlo en mi lenguaje: la fotografía.

Tus retratos, incluso los de Moda, transmiten una gran humanidad, un profundo conocimiento de la persona que tienes delante… ¿Cualquier tipo de fotografía puede ser documental?
Soy un ser humano empático desde siempre. Me apasiona el mundo de las emociones. Trato de buscar ese punto de contacto íntimo con el modelo de una manera no invasiva, casi indetectable… Se puede conseguir en un segundo, en unos minutos… o no llegar a encontrarlo nunca.
Está claro que un buen profesional puede realizar una perfecta labor de retrato incluso con una mínima interacción, pero creo firmemente que no hay nada comparable a la fuerza de un retrato, que muestra quién hay detrás de ese rostro. Una fotografía que diga quién es o qué siente en ese momento la persona que estás fotografiando.
En ese sentido, sí, se podría decir que vivo el retrato como un ejercicio documental.

Al final parece que todo es tener empatía con el retratado para poder sacar lo mejor de él. Pero, ¿qué le da el retrato al artista?
Me proporciona un reto y la oportunidad de contar una historia. Al mismo tiempo puedo estar capturando la esencia de esa persona (o, precisamente, aquello que trata de mostrar pero no es) y también puedo estar mostrando un determinado estado de ánimo propio a través de esa persona a la que fotografío. Nadie sabe si el anhelo, la desesperación, la ira, la ternura o la determinación que se muestra en una fotografía es una emoción de uno u otro… nadie salvo el propio fotógrafo.

Hemos visto que fotografías a bandas de música de todos los estilos. ¿Cómo te inicias en el mundo de la fotografía de conciertos?
Surge de una manera muy natural, en realidad. Empiezas con amigos, amigos de amigos… y, de repente, te das cuenta de que estás trabajando con músicos con los que no habías tenido contacto directo nunca, pero con los que compartes el amor por la música y ese rollo especial de quien busca la disciplina artística como modo de expresión.

Fotografía de la banda Black Rock

 

 

¿Qué ha supuesto tu paso por TOO MANY FLASH?
Definitivamente fue un momento muy, muy importante en mi evolución en varios aspectos. Primero, porque tuve la oportunidad de trabajar con un equipo multidisciplinar de fotógrafos del que aprender su particular manera de ver la fotografía. Segundo, porque empecé a ver la técnica como un facilitador y no como un obstáculo para la expresión… Es impresionante lo mucho que te abre las miras artísticas un conocimiento completo de las posibilidades técnicas. Y tercero, porque tuve una maestra –Fátima Sanz-, que me guió por los caminos trazados que debía conocer y también me animó a transitar por aquellos que se salen de lo establecido, de los cánones, de la convención.

Fotografía durante el workshop de Fotografía de Desnudo

 

 

¿Qué consejos les darías a los futuros alumnos de la escuela?
Les recomendaría que vengan con la mente abierta, que confíen en el proceso y que eliminen las dudas que siempre nos surgen (“¿Me entenderán?”, “Igual es que lo que yo quiero hacer no se puede…”, “Yo quiero hacer arte, no estudiar física”…).
Se trata de una escuela de fotógrafos para fotógrafos. Hablan nuestro idioma, van al detalle y conocen perfectamente qué necesita un artista para crecer.

Y, por último, cuéntanos si tienes algún proyecto personal entre manos…
Actualmente, tengo tres caminos paralelos:

  • Mi proyecto personal, en el que me dedico sobre todo al retrato de autor, la editorial, la moda, el desnudo artístico y algo de publicidad.
  • “Pekepics”, un proyecto de fotografía infantil y de bebés que comparto con un amigo y compañero de la escuela, Aitor García.
  • “Momentografos”, que es mi gran proyecto a partir de este año. Somos tres fotógrafos y un videógrafo con diferentes trayectorias profesionales previas, y nos hemos unido para realizar reportajes de boda y eventos con una perspectiva artística y poco convencional. Entendemos que los recuerdos de esos momentos deben contener toda esa carga emocional que se vive y se siente, y apostamos por capturar esa esencia para que se recuerde con cada visionado.

Por otra parte, y aunque no está del todo cerrado, tengo intención de preparar una exposición… Os iré contando más cuando se acerque el momento.

5 flashes y acabo…
Un vicio confesable… Mi Harley. La tinta. Las emociones.
Una travesura infantil… Ser niño cuando no toca…
Un miedo… El vacío.
Un poema… “Lo que dejé por ti”, de Rafael Alberti.
Tu emoticono estrella… El guiño.

* La próxima convocatoria del Curso de Especialización en Fotografía de Moda empieza el 4 de marzo. Más info.
** Más fotos de David Shootil: www.shootil.com

The yellow awards

TOO MANY FLASH

La Escuela de Emprendimiento Fotográfico es referente en el sector por su metodología práctica, dinámica y funcional. Su completo plan de estudios es totalmente flexible y está adaptado mercado laboral actual con una marcada visión internacional y orientación profesional. TOO MANY FLASH es reconocida por ser la plataforma de entrenamiento de los fotógrafos de la nueva, que transcienden la técnica y la creatividad para conquistar nuevas oportunidades en el mercado, elevando los estándares de calidad del sector con su preparación académica y profesional.

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