Fátima al desnudo

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Dicen que el artista es aquel que es incapaz de huir de su obra, y viceversa. Esas grandes personalidades que respiran a través del trabajo que realizan. Y Fátima Sanz respira en sus fotografías. Se oye su pulso y su actividad cerebral y su visión de este mundo –que iría completamente desnudo si por ella fuese- planean en cada fotografía, en cada serie o proyecto nuevo.
Fátima es nuestra profesora del Curso de Especialización en Fotografía de Moda, una disciplina que ama tanto como el retrato. Y es que la moda, en sus propias palabras, no es más que otra forma de expresarnos… Vida, al fin y al cabo. Y ella está muy viva.
Existe en tu fotografía una predilección clara por las mujeres. ¿El cuerpo femenino es más bello?
No es que sea más bello, son totalmente diferentes. La belleza se puede encontrar en cualquier parte del cuerpo, masculino o femenino, siempre que la luz sepa jugar con las formas. Si fotografío más mujeres que hombres es porque básicamente lo he tenido mucho más fácil, creo que el hecho de ser mujer me ha acercado a personas de mi mismo sexo, no se por qué pero al hombre parece que le cohíbe más colocarse delante de una cámara, por lo tanto he tenido menos oportunidades. Es más, ¡me encantaría aumentar mi porfolio con hombres!
Aunque sí que en cierto modo, y en algunos casos, la mujer me inspira más, pero no por cuestión de belleza. Se trata más bien de la identificación personal que pueda sentir hacia ella: experiencias, circunstancias o pensamientos similares. Mi obra no es más que un medio para expresarme, y qué mejor que hacerlo con una persona con la que pueda sentirme vinculada.

¿Qué te da el retrato que no te dan otros géneros?
Poder sentir la esencia de las personas. Cuando hablo de retrato no me refiero a una imagen en la que aparezca una persona; el retrato va mucho más allá y consta de dos partes muy importantes: la predisposición del retratado y la visión del que retrata. No solo implica la imagen física de alguien en un determinado momento de su vida, conlleva otras muchas cosas: su personalidad, el lugar donde se haya hecho la fotografía, las conversaciones, los sonidos, los olores y los sentimientos de ambos. El retrato lleva implícito la forma de ser del fotógrafo, las circunstancias y, más aun, “el alma” del fotografiado. No es que me considere “una cazadora de almas”, más bien me gusta conservar los detalles únicos y diferentes de cada uno. Todo tiene caducidad, excepto la fotografía, por lo que el retrato es una forma de mantener vivo a alguien cuando ya no esté en nuestras vidas.
¿Y el autorretrato?
El autorretrato para mí es una forma de expresión, al igual que parte de mi obra, pero mucho más intima.  Me da la libertad para plasmar pensamientos, recuerdos, sueños, ilusiones o incluso mis miedos. En ciertas ocasiones es más fácil hablar con imágenes.
Fotógrafos como Bourdin, Richardson, Testino o Lachapelle han llevado al límite la Fotografía de moda demostrándonos que el mensaje es importante. Provocación y experimentación frente al simple posado. ¿Qué es para ti la Fotografía de moda? ¿Y en qué punto dirías que está?
La moda, desde sus comienzos, ha estado fuertemente ligada a la sociedad, por lo que su Fotografía es muy relevante, no solo define aspectos estéticos de un grupo social, también abarca su forma de vida. Vestirse no solo es una necesidad vital, es otro medio de expresión, individual o colectivo. Es por ello que se encuentra en un punto muy importante, porque, al fin y al cabo, es cultura.
Algunas de tus fotografías, como las series El pez naranja y You can’t wash the sin, conjugan erotismo y un cierto aire macabro… ¿Te gusta jugar con los límites?
Supongo que, a veces, a todos nos gusta, creo que es una forma de sentirse vivo, aunque  en estos dos casos no es así, las series surgieron de forma más simple.
Tengo la suerte de recordar bastante bien los sueños, y hace un tiempo tuve una temporada que soñaba con peces. El pez naranja simplemente cuenta la angustia que sentí en ese sueño, en el cual el pez acababa muriendo a pesar de mis intentos porque viviera; me pareció tan significativo que decidí plasmarlo en fotos.
You can’t wash the sin es mucho más sencillo; lleva implícito mi pasión por el cine de terror. Se trata de una idea que se me ocurrió al ver una camiseta de un amigo mío en la que aparecía una mujer dibujada de perfil y desnuda que, sonriente, limpiaba la sangre de una bañera. El dibujo me gustó tanto que se me ocurrió hacer una serie fotográfica.

El pez naranja
You can’t wash the sin

El desnudo es recurrente en tus fotografías. ¿Cuál es la línea que separa lo artístico de lo pornográfico?
Según mi forma de pensar, yo no haría una distinción entre lo pornográfico o artístico, ya que muchas veces la pornografía puede ser muy artística y viceversa. El problema es que suele llevar connotaciones negativas, cuestiona la moralidad de la personas y en muchas ocasiones, carece de técnica. Desde mi punto de vista, podríamos hablar de arte o vulgaridad. Pornografía o erotismo. Lo que separa estos conceptos depende del creador, del impacto visual de la imagen sobre el espectador y de su forma de percibir la belleza.
Mis fotografías de desnudos se encuentran en una línea erótica más que pornográfica, pero porque para mí la unión de cuerpo y erotismo es belleza. Se trata de una belleza muy subjetiva, fuera de los cánones establecidos. Un ejemplo de ello es el proyecto que estoy llevando a cabo, Nomeolvides, que son fotografías de mujeres que no son modelos profesionales. Actualmente son de carácter erótico y en un futuro pretendo incluir el desnudo. El objetivo es plasmar parte de la personalidad de cada mujer y encontrar la belleza singular de cada una.

 

Runaway es un proyecto personal que tiene mucho de cinematográfico. ¿La conjunción cine-fotografía es indisoluble?
Está claro que tienen bastante en común, pero para mi son dos conceptos totalmente diferentes. El cine es fotografía, pero no a la inversa; es ficción y la fotografía muchas veces no lo es. Como apasionada del cine y de su fotografía, he realizado proyectos con esta estética, pero no son equiparables.
La fotografía siempre tendrá vacíos que los espectadores deberán interpretar según su sensibilidad, su capacidad de relacionar conceptos, sus conocimientos  o simplemente si conocen o no al fotógrafo. A veces entenderán el mensaje y otras interpretarán a su antojo. En el cine sin embargo hay una trama, unos personajes, giros inesperados y un desenlace, por lo que es igual de mágico, pero mucho más entendible.

Runaway
Runaway

En la misma línea cinéfila, nos declaramos fans de la serie Toy Love Story. ¿Cómo surge la idea?
Toy Love Story habla de la infancia y su fugacidad. Se trata de una serie de fotografías en la que dos muñecos,  con una estética de abandono, sucios, desvestidos y sin peinar se enamoran. Con esos dos muñecos jugaba cuando era pequeña.
La idea surgió cuando decidí deshacerme de trastos viejos y, de repente, me encontré con una caja llena de antiguos juguetes. Pronto me invadió la nostalgia. Esos muñecos, a los cuales tenía completamente olvidados, compartieron conmigo una etapa de mi vida. Sentí pena porque me di cuenta de que mi infancia se quedó con ellos. No podemos volver al pasado, y muchas veces los recuerdos no bastan. La niñez pasa rápido y esa forma tan peculiar de entender el mundo se desvanece. Cuando encontré los muñecos lógicamente no iba a ponerme a jugar con ellos, pero, tal vez, si les hacía fotos, podía recuperar un poco de aquella época.

Toy Love Story
Toy Love Story

Y, por último, y relacionada con tu faceta docente, ¿qué es lo que más te gusta de dar clase?
Me apasiona dar clases, sobre todo porque amo lo que imparto. Aunque lo que más me gusta, sin duda, es conocer a otras personas que tengan mi misma vocación. Los alumnos son lo mejor, no solo intento enseñarles, yo también aprendo de ellos. Todos diferentes y únicos. De cada curso tengo muy buenos recuerdos y todo gracias a ellos.
5 flashes y acabo…
Una canción… One More Cup of Coffee (Bob Dylan).
Un fotógrafo de referencia… Ellen Von Unwerth.
Un dulce… Profiteroles.
¿Llamar o whatsapp? Ambos, depende de para qué.
Una ciudad… Cáceres.
** Puedes ver más fotos suyas aquí.
*** Próxima convocatoria del Curso de Especialización en Fotografía de Moda: 4 de marzo.

The yellow awards

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